Me dejé follar por mi jefe y ascendí.

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Me llamo Leticia, tengo 37 años aunque aparento menos, soy atractiva, mido 165 cm, peso 62 Kg, tengo tez morena clara, facciones finas, cabello largo castaño claro, busto grande, nalgas apetitosas y muy buenas piernas. Siempre he sido una mujer muy erótica, he tenido varias parejas sexuales con las que ha disfrutado mucho en la intimidad.


Me gusta vestir sexy utilizando trajes apretados, que resalten mis formas, me encantan la lencería negra, que suelo comprar en el sex shop online para mayor intimidad; así nadie sabe que sujetador llevo, sólo los que yo quiero y los zapatos de tacón alto por que enloquecen a los hombres. Soy secretaria y trabajo en una pequeña empresa textil en el DF. Hace aproximadamente un año hubo restructuración en mi empresa y me tocó un nuevo jefe en mi departamente que era un tipo gordo, moreno, de facciones toscas, desaliñado, pero muy inteligente, que empezó a levantar la empresa, por el que sin saberlo empezé a sentir una gran atracción.


Un buen día sentí unas ganas locas de convertirme en una zorra y trepar en mi trabajo entregándome en la oficina a riesgo de que nos vieran, a mi nuevo jefe y asimismo conseguir un incremento salarial, para lograr tener éxito en mi empresa me maquillé con todo detalle, mi pinté los labios con un rojo brillante, los párpados me los sombríe seductoramente, me puse un vestido negro muy cortito, y muy apretado, así como un brasierre wonderbrau y una tanga de hilo dental, asimismo me coloqué un liguero, unas lindas meias negras de nylon y unos altos zapatos de charol negro, me veía muy linda aunque parecía una perra hambrienta de sexo, una lolita caliente erótica, sensual y cachonda, asomándome la lencería.


Me dirigí a mi oficina despertando el interés de los chicos de intendencia y me senté en mi escritorio esperando que mi jefe me llamara. Cuando el me habló por el interfono y me mostré frente su escritorio, tal fue su asombro que dejó caer el vaso de refresco que tenía en la mano rompiéndolo y ensuciando la alfombra, sus ojos me devoraban y su boca se quedo abierta. Yo diligente pocedía a recoger los vidrios con cuidado pero con malicia para que pudiera ver mi trasero. me dijo que realmente me encontraba muy hermosa y que si podíamos salir una tomar copa más tarde, sin levantarme le respondí que para qué, si aquí podíamos divertirnos los dos sólos, mi repuesta lo asombro, pero no tanto como el hecho de que con mi mano le acariciara la entrepierna, inmediatamente esto le provocó una tremenda erección lo que le motivó a decir vaya, vaya, vaya, así que tu eres una verdadera puta que buscas obtener beneficios de tu jefe jodiendo. Cínicamente le sonreí y le dije que si era una golfa y que si quería en ese mismo instante le daría una mamada que lo haría alucinar. Estaba caliente y estaba dispuesta a jugarme todas las armas, erótico-sexuales, además, me excitaba la idea de follármelo, para ello, había estimulado mi clítorisn con Crema Orgásmica Durex, que me pone cachonda al máximo.



Me contestó que estas esperando grandísima zorra para meterte la verga hasta el fondo de tu garganta y agarrando mi cabeza por mis cabellos, se bajo el cierre y me acercó la polla. Yo procedí a darle unos delicados besos y posteriormente recorrí con mi lengjua todo el tronco, deteniendomé en lamer en el frenillo del prepucio. El me decía trágatela perra, me quierto venir rápido por que si no nos pueden agarrar, así que me introduje toda la verga en mi boca y haciendo movimientos de vaivén logre que me arrojara choros calientes de semen. El hombre quedo extasiado, diciendo vamos apúrate, límpiate y salte, cuando necesite de tí te llamaré. le respondí que así como el lo había disfrutado a mi me fascinaba mamar la verga y tragarme los mocos y que lo repetiriamos cuantas veces quisiera. muchos días el me estuvo solicitando en la oficina para hacer esos menesteres, hasta que un día se aburró de mí y promovió mi ascenso. ahora mi lugar es ocupado por una chica mas bella y joven, y yo hago las delicias del director de la empresa. Ascendida, gozando y complaciendo al jefe y encima cobrando y bien, os lo aseguro, en dinero y en especie o goce sexual.

De Relatos Privados

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