cartas tarot : La timidez: Parte 1 - Anatomía de la timidez

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La timidez: Parte 1 - Anatomía de la timidez
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La timidez: Parte 1 - Anatomía de la timidez

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Hoy quiero iniciar la serie que les prometí sobre la timidez. Y es que después de tantos escritos, de más de año y medio dedicado a este blog y sigo viendo que aquello que está obstaculizando que logremos los objetivos, que conquistemos a aquellas mujeres que nos gustan, que iniciemos una relación, que salgamos de la soledad (larga o corta), que terminemos una relación que nos perjudica, es la timidez. Y es esta actitud la que nos está alejando del éxito que deseamos alcanzar, y sé que aunque se han logrado avances aún no es suficiente.
Podría decir que casi el 80% de mis clientes de coaching vienen por asuntos de timidez, y esa experiencia me ha permitido construir un perfil del tímido, donde sus rasgos y características nos permiten entender sus decisiones y su visión de la vida y de sí mismo. Hoy quiero iniciar esta serie que finalizará en otro post sobre sugerencias prácticas que te puedo dar para que comiences tu proceso de cambio.
Y comenzaré diciendo que todos nos hemos sentido tímidos en ciertas circunstancias, incluso los que han sido más audaces. Sin embargo a causa de la timidez unos la pasan regular un rato, y otros la pasan verdaderamente mal permanentemente. Hoy día la Psicología que ha ocupado como nunca antes del estudio de la timidez, porque ha descubierto que se halla detrás de problemas de alcoholismo u otras adicciones, detrás del fracaso laboral, y asociada a trastornos tan serios como la depresión, o como causa fundamental de la soledad.
Y viene a mi mente el caso de un cliente, que era demasiado formal, una persona bastante educada y con ciertos gustos algo exquisitos para el común, le gustaba tocar el piano, había aprendido alemán de forma autodidacta y cosas así, sin embargo detrás de ello había un muro de contención hecho de hábitos tímidos. Era un observador constante y celoso de su propia conducta, y era el más implacable crítico consigo mismo, se tornaba torpe, silencioso y poco locuaz en presencia de extraños y sobre todo en presencia de mujeres, tenía tanto que aportarles pero tan pocas ganas de decirlo. Incluso vive cambiando de amigos a cada rato, y los pocos que conserva con tan tímidos y tan poco arriesgados que una charla con ellos es, sin duda, el mejor remedio contra los males de sueño.
El tipo de personas tímidas siempre están evaluando su propio comportamiento, es como si una luz les alumbrara constantemente la cara y permitiera que todos sus pequeñas imperfecciones se vieran inmensas. Uno puede definir la timidez como la experiencia íntima de malestar e inhibición en situaciones interpersonales que interfiere con la obtención de objetivos afectivos o profesionales. En otras palabras, las personas no se sienten bien consigo mismas, por ende no se atreven a hacer las cosas, con lo cual pierden y pierden y pierden oportunidades. De hecho la timidez es una emoción, y resulta de observarse demasiado a uno mismo, el tímido se halla constantemente sumergido en sus propios pensamientos, sus sensaciones y sus reacciones físicas.
Hay grados de timidez, y no todas las personas son igualmente tímidas, de hecho, uno puede decir que hay niveles menos crónicos y otros más crónicos, éstos se caracterizan por una mayor distancia hacia las personas, y un mayor sufrimiento por no lograr aquello que la persona desea: compañía, éxito, reconocimiento. De hecho hay tímidos que hacen lo justo, y eso les basta, y uno los encuentra con parejas, acompañados de mujeres, sin embargo, dentro de su relación afectiva son apocados, con poca iniciativa, incluso recelosos en la intimidad, lo cual termina por generar vínculos aburridos, monótonos, rutinarios.
De hecho los tímidos buscan a través de conductas compensatorias recuperar un poco del poder que no pueden expresar por sus características de personalidad. Y se encuentra uno por ahí un montón de tímidos agresivos, tímidos déspotas, incluso algunos que se las dan de graciosos por momentos, y que buscan llamar la atención así el precio sea provocar dolor a los demás, pues son antipáticos, maleducados, pedantes.
Y bueno, una cosa interesante en este punto, y es que muchas, muchísimas mujeres tienen un carácter tímido, de hecho la timidez femenina es la regla más que la excepción. Así que quizá este post te permita entender algunas “poses” femeninas arrogantes y distantes. Y lo que te puedo adelantar es que adentro se esconde una gran fragilidad que puede verse con sólo quitar unas cuantas capas de la cebolla. Incluso, este tipo de personalidad son fácilmente impresionables por diálogos inteligentes y reflexiones que toquen la emoción, aunque para ello tengas que recibir algunos portazos en la cara al comienzo. Las mujeres tímidas, en lo personal, se me hacen fascinantes, un misterio por descubrir, un espíritu que desea libertad.
Ojala tú fueras su libertad!
Ojala te atrevieras a serlo.
Los tímidos se sienten tímidos y saben que son tímidos. Gastan un montón de energía estando pendientes de sí mismos, es como si tuvieran un scanner que los monitorea cada minuto, y les tiene que dar reportes de cómo están y qué hacen, más exactamente les tiene que dar un reporte sobre si están haciendo las cosas bien o mal. Mientras ese scanner funciona en sus mentes se dan constantes pensamientos sobre cómo evitar el error, cómo no fracasar, y justamente por pensarlo tanto terminan fracasando.
En días pasados hablaba con un cliente, él me decía que quizá una de las cosas más difíciles era la regla de los 3 segundos para abordar a una mujer, y me contaba que se sentía ansioso, con miles de imágenes sobre cómo ella lo rechazaría y lo miraría como una basura. Así que el tímido constantemente se está saboteando sus propias posibilidades de éxito.
Como Superman es débil mortalmente ante la Kryptonita, los tímidos son especialmente débiles, frágiles y vulnerables cuando alguien les gusta. Su timidez se exacerba, llega a límites ridículos, cuando ven a aquella mujer que les gusta, simplemente no saben cómo actuar, y cuando lo hacen son torpes y miedosos. Además gritan a estas personas “soy tímido, no siento ninguna confianza por mí mismo, hago un esfuerzo sobre humano por hablarte… disculpa que sea así.” Muchas personas los evitan, pues les notan algo “raro”, y no se sienten lo suficientemente libres para ser espontáneos con ellos, por eso no los tratan mucho.
En general he descubierto que a un tímido lo entiende muy bien otro tímido. Pero de tímido a espontáneo la cosa no está nada clara, y como acabo de decir el espontáneo se siente peor al lado de una persona excesivamente tímida. El problema de los tímidos es que en ocasiones no parecen honestos por lo nerviosos que se ponen. Y es que la timidez es un estado ansioso y sus respuestas son las mismas que tendría una persona bajo mucho estrés y presión, y por simple comunicación esto es transmitido directamente a las otras personas que los perciben inseguros y con baja autoestima. Para evitar ello los tímidos recurren a las conductas compensatorias, porque en su mente es preferible “que me odien porque ven que soy poderoso, a que me subestimen porque descubren mi timidez.”
Es interesante apreciar a un tímido en soledad. De hecho, los psicólogos los hemos estudiado con cámaras en sus casas, y es increíble ver cómo hablan solos, incluso parecen más extrovertidos, lo mismo sucede cuando el tímido está con sus más cercanos, con su familia o amigos de mucha confianza. En esos espacios se permiten un poco más de libertad. Sin embargo ante los desconocidos la cosa cambia, la seguridad personal se desvanece y empieza la dificultad. Los estudios psicológicos han permitido observar que los tímidos son percibidos como menos asertivos (es decir, más torpes para hablar, incluso callando sus necesidades) y menos amigables que los no tímidos. Ante esta evidente desventaja social los tímidos optan por una combinación de vergüenza y desgana que se aprecia en una menor expresividad verbal y no verbal, y en no mostrar tanto interés hacia los demás. En otras palabras, ante la desventaja social el tímido se desconecta.
Yo defino también a la timidez como un sistema de defensa extremadamente robusto, que es tan fuerte que no permite que otros entren en el espacio personal, y cuando lo permite los otros tienen que pasar una serie de pruebas que no todos están dispuestos a pasar, como tomar la iniciativa para llamar, visitar, invitar, dialogar. Tiene que ser un tímido (o una tímida) que se vea muy atractiva o muy interesante para que la gente haga ese trabajo.
La vergüenza se relaciona también con la timidez, pues el tímido se siente intrínsecamente imperfecto, inadecuado, feo (así sea la mujer más bella o un hombre atractivo), desagradable como persona. Lo peor de todo es que la causa del mal es él mismo, la identidad personal es pobre y el juicio por ende es implacable. Una equivocación es imperdonable para el tímido, y su recuerdo no se olvida, un rechazo por parte de una mujer, una relación donde le fueron infiel, donde no lo valoraron, eso hace que su argumento se valide una y otra vez, su timidez se ve nuevamente justificada y su temor a hacer lo mismo no le permite desprenderse de su pasado.
Y acá hay una precisión necesaria: timidez no es equivalente a introversión. Un introvertido es callado y solitario porque así lo ha escogido y se siente bien al estar así. El introvertido es callado, pero no necesariamente es tímido. Los tímidos temen los encuentros, el introvertido no los desea. Si un tímido y un introvertido están solos en una fiesta será porque el introvertido lo ha elegido, y porque el tímido no se atreve al contacto. Los introvertidos son de pocas palabras, pero pueden defender muy bien sus intereses, y no tienen ningún problema al expresar sus opiniones, incluso en la seducción se dejan ver como interesantes mundos por descubrir, no como el tímido, que es un inseguro mundo que no interesa mucho descubrir. Por último al introvertido le importa un carajo lo que piensen de él, al tímido lo corroe por dentro la desaprobación.
Por último en este post dedicaré un momento a diagnosticar tres niveles de timidez. El primer nivel se caracteriza por una timidez más o menos llevadera, son personas que prefieren la privacidad y la soledad, prefieren un buen libro o un buen paisaje a la compañía de las personas, parecen introvertidos. Su timidez es más llevadera, aunque igual no entablan conversaciones fácilmente, o no se atreven a sacar a una mujer a la pista de baile.
En el nivel intermedio se sitúa la gran mayoría de tímidos, que se ponen rojos con cualquier cosa y se sienten incómodos en la mayor parte de las situaciones de interacción. Llega a convertirse en ansiedad y alcanza un grado de gran limitación de su vida social. Suelen tener una baja confianza en ellas mismas y carecen de las habilidades sociales elementales. Pueden ser muy inteligentes pero les resulta difícil contestar con amabilidad y naturalidad a un comentario convencional.
En el tercer nivel se encuentran los casos más crónicos, aquellos para los que la timidez es una patología. La edad agudiza los síntomas y se van alejando cada vez más y más de las personas, son apáticos, antisociales, incluso viven en encierros voluntarios en su propia casa, en el trabajo no se relacionan con nadie, tienen tendencias a depresiones mayores e incluso suicidas.
¿Qué ocurre en el cuerpo del tímido? Se pone rojo con facilidad, el corazón le late rápido, le sudan las manos y la frente, se le hacen nudos en la garganta, tiembla, puede sentir mareos, tiene sensaciones constantes de estar perdido, de no tener el control.
¿Qué piensa el tímido? Piensa negativamente sobre sí mismo, tiene miedo a ser juzgado negativamente, vive excesivamente preocupado, le da vueltas obsesivamente al mismo tema, incluso si el tema son mujeres se encapricha fácilmente, y no se la puede sacar de la cabeza, siente culpa, tiene la autoestima debilitada, presenta dificultad para tomar decisiones, se confunde fácilmente y se bloquea.
¿Cómo se comporta el tímido? Con inhibición, pasividad, evitación de las situaciones temidas, voz débil, tics, movimientos rápidos de las manos, discurso entrecortado.
De hecho Yo soy un tímido rehabilitado, y te puedo decir que es posible salir de esa cárcel de uno mismo. En el siguiente post te contaré algo sobre el origen de la timidez, o por qué se da este fenómeno, así mismo profundizaré en sus creencias, por último haré un post con ejercicios prácticos para empezar tu proceso de salida hacia pedir lo que realmente deseas y obtenerlo sin excusas ni aplazamientos. También te contaré cómo aproximarte a mujeres tímidas.
Que comience la cacería!
Hasta la próxima!
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P.D. El segundo conversatorio se acerca, el próximo miércoles 8 de octubre, para más detalles en este link.


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