Teorías de atribución y estados mentales

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En el día de hoy quiero hablar de qué es lo que sucede en la mente de un aspirante a la seducción cuando empieza a enfrentar sus primeras victorias, pero más aún cuando empieza a enfrentarse a fracasos en el terreno, en su relación con las mujeres.
La verdad sea dicha muchos aspirantes abandonan su camino y deciden seguir por donde andaban, deciden dejar de leer y dejar de educarse para llegar a ser la mejor versión de ellos mismos. El punto es: la seducción no es solamente la capacidad de encontrar a una mujer que te guste y establecer una relación con ella. Va mucho más allá y de eso he hablado extensamente en este blog.
Hoy voy a hablar de la actitud o estado mental (mind frame) que las personas tienen ante el fracaso. Quizá te puedas identificar con alguna o con otra, y mi tarea en este escrito es guiarte hacia la mejor manera de entender aquellos momentos donde nuestros resultados no se corresponden con las expectativas.
En el juego de la seducción es importante ganar, pero lo más importante de todo es tener un estado mental sólido para enfrentar las derrotas y los fracasos y para entender que en todo en la vida se gana pero también se pierde.
Me encanta el tenis, y uno de los momentos más dramáticos de este año fue ver a Roger Federer llorar tras una serie de derrotas que tuvo su punto máximo en el Abierto de Australia. Un campeón que lo ha conseguido todo se echa a llorar frustrado por su fracaso.
El fracaso es un hecho inevitable. Pero es evitable echarte a morir por un fracaso. Te invito a que antes de seguir leyendo veas este video:
Para hablar de estados mentales necesito recurrir a un término que usamos en psicología de la motivación: es el concepto de atribución. Es decir ¿qué explicación nos damos a nosotros mismos cuando enfrentamos eventos negativos, hechos inesperados o cuando las cosas importantes no se dan. Es la respuesta que da nuestra mente a hechos como ¿por qué fracasé? O ¿por qué me han rechazado?
Lo que deberíamos buscar cada vez que enfrentamos un fracaso es adaptarnos, asumir un aprendizaje importante que nos lleve a dejar de cometer los mismos errores y en otra oportunidad acercarnos con mayor certeza a un desempeño exitoso.
La teoría de la atribución, que en adelante me servirá de eje para este escrito nos describe tres dimensiones como las responsables de articular las explicaciones que nos damos a nosotros mismos:
1. Explicaciones de lugar: Son aquellas en las cuales intentamos encontrar de dónde procede la responsabilidad directa por lo que nos sucedió. Pueden ser de dos clases:
*Lugar Interno: Asumo mi responsabilidad y creo que un fracaso se dio porque no hice el esfuerzo necesario, o no tuve la disciplina, el empeño o el conocimiento para enfrentarme a una situación. *Lugar externo: La responsabilidad está en los otros, en el mundo, en las divinidades, en la suerte y el azar, en las mujeres, en los padres, en el país en el que vivo, en el presidente de la república.
Evidentemente puedes estar frente a un escenario donde has hecho todo lo que estaba a tu alcance, has estudiado, has realizado una excelente estrategia de acercamiento, pero no obstante fallas, justamente esa mujer específica que te gusta te rechaza y se aleja de ti. Esta situación puede ser interpretada de diversas maneras, puedes culpabilizarte de tu fracaso, sentirte poca cosa, decir que aunque haces lo posible seguirás siendo un perdedor, o puedes asumir que en ocasiones las personas pueden rechazarnos sin que tengamos culpa en ello, que por razones de su vida o circunstancias particulares justo en ese momento no desean una relación o no la desean con nosotros. La vida es así y existen cosas que no están en nuestras manos.
O puede suceder que el error está en ti, no jugaste las cartas como debías, o quizá dejaste que el tiempo pasara y no aseguraste las cosas, quizá cometiste algún error. Puede ser tu responsabilidad pero no por ello deberías dejar el juego, o desarrollar creencias negativas y sobre todo no deberías sentir culpa por esa clase de desenlaces.
En el otro extremo está enfrentar a las personas pensando que la culpa de todo la tienen otros, por ejemplo, echando la culpa a las mujeres, al mundo, a las injusticias de la vida, a las divinidades, a la superficialidad del mundo.
2. Estabilidad: Son aquellas explicaciones en las que le ponemos una duración a la situación adversa, o al fracaso.
*Perdurables: cuando consideramos que una condición es algo definitivo o extenso en el tiempo. Por ejemplo alguien cree que “es feo y por ello no puede tener a ninguna mujer”, o alguien cree que “se quedó solo y solitario para siempre.”
*Temporales: Cuando alguien cree que un fracaso es sólo una condición pasajera, y que así como hoy no fueron bien las cosas mañana o próximamente las cosas van a cambiar y se va a obtener lo que se desea.
3. Control: Son las explicaciones que dan razón sobre la cantidad de control que tenemos sobre las situaciones, el grado de influencia en las personas y en las circunstancias. Se dividen en dos tipos:
*Controlable: Son aquellas circunstancias que están bajo nuestro dominio. Aunque no existe la situación ideal con un 100% de control, si existen condiciones donde tú puedes elegir y escoger y puedes determinar un curso de acción. Por ejemplo: eres responsable de tus palabras, de tus acciones, de tu estrategia de aproximación, también puedes controlarte a ti mismo, por ejemplo no mostrando necesidad, intensidad. También puedes cultivarte y mejorar ciertos aspectos, como conversación, humor, carácter, valor, etc.
*Incontrolable: Aquellas cosas que no están bajo nuestro control, que se salen de nuestras manos y entre ellas la más importante es la libertad de las otras personas. Es decir, no puedes controlar ni los pensamientos ni la libertad que otros tienen para no escogerte y rechazarte. Por lo cual hay momentos en este camino de la seducción donde lo más saludable es “dejar fluir”. De nada vale invertir un esfuerzo sobre humano en condiciones que están más allá de nosotros.
A partir de estos elementos existen unos errores importantes de atribución que conducen a la mayoría de juicios equivocados que he encontrado en este camino:
1. Error de atribución fundamental: Es la tendencia de atribuir factores de lugar interno para explicar los resultados de otra persona. Por ejemplo, si una mujer te llega tarde a una cita, o la incumple lo primero que deberías hacer es presumir la buena fe. A veces muchos hombres tienden a descalificar y a decir “es que es una incumplida”, “es que es una manipuladora”, “es que es una estúpida”. Al decir ello estamos haciendo juicios de valor donde pensamos que lo que hace obedece a factores internos, cuando muchas veces suceden cosas a nivel externo e incontrolable que provocan ciertas situaciones. Por ejemplo, ella pudo llegar tarde porque se le presentó una congestión de tráfico, se enfermó, atropelló a su propio perro con la llanta de su carro, etc. Es muy importante que mantengas un estado mental claro y objetivo con el fin de que no pierdas el juicio y te equivoques o que pierdas tu tranquilidad pensando que ella se burló de ti.
¿Y si se burla de ti? ¿Acaso tienes control sobre eso? La verdad es que por más que lo intentes las personas pueden pensar de ti lo que se les dé la gana. Así que simplemente relájate y enfócate en continuar tu camino y dejar pasar a este tipo de personas. No caigas en echarte culpas y en mortificarte.
También atribuimos lugares internos a elementos positivos, no necesariamente negativos. Por ejemplo, vemos a una mujer sonriente y que siempre se dirige a nosotros de forma cariñosa, e incluso bastante sensual, y pensamos que es porque ella es súper querida, es una linda persona, es maravillosa, cuando en verdad es solamente una postura que está acostumbrada a tomar porque así ella siente que es “una princesita”, pero la verdad es que es una mujer superficial, que no siente nada por nadie y que busca utilizar a los hombres con sus encantos.
2. Error actor observador: Obedece a la tendencia de explicar los propios resultados con lugares internos (por ejemplo, si tienes éxito decir que es porque eres demasiado inteligente, carismático, líder, macho alfa, interesante, amo y rey del universo, semidios), y explicar los resultados de otros por causas externas (es que nació con suerte, es que ascendió por privilegios, es que siempre lo consintieron, es que es muy atractivo, es que posee dinero, es que es famoso, etc). A lo que conduce este error es que no eres justo en atribuir a los demás el éxito que tienen por sus méritos y esfuerzo propio, los desacreditas cuando tienen éxito. Eso sucede mucho en este terreno de la seducción, existen muchos celos y mucha envidia, y cuando alguien hace algo que vale la pena y que tiene mérito las personas proceden a desacreditarlo, a ponerlo en tela de juicio.
Esto sucede mucho también cuando a algunos seductores les encanta fijarse en las mujeres ajenas, que ya tienen novio o incluso esposo. Proceden a emprender una campaña de deslegitimación de sus rivales, hasta el punto en que lo que están proyectando es mala energía que al final no les permite un estado mental de equilibrio y flujo. Yo tengo un principio, por más “malo” e “inútil” (fíjate en que está entre comillas) que sean los rivales algo deben tener para estar acompañados. La visión del seductor es humilde y realista. Nunca alentaré a aquellos que se fijan en mujeres con novio, pero en el terreno de la competencia por una mujer sin novio no hay que menospreciar a los rivales. Si te fijas en los deportes sucede frecuentemente esto con resultados desastrosos, de repente ese rival tiene cosas que enseñarnos y por arrogancia resultamos recibiendo unas lecciones que nos enseñan humildad.
3. Prejuicio autocomplaciente: Con este error las personas atribuyen sus éxitos a causas internas (inteligencia, esfuerzo, actitudes, carisma, etc), y el fracaso a causas externas (los otros, las mujeres, el mundo, el blog de Naxos, el libro de Ross Jeffries, mi suerte, Zeus, Osiris). Lo cual impide que tomes los aprendizajes necesarios para mejorar y para cambiar las cosas que no te están dando resultado, y procedes por echarle la culpa a los otros de tus fracasos.
4. Prejuicio de auto castigo: Es el caso contrario al prejuicio autocomplaciente. Procedemos a atribuir los éxitos a factores externos (es que tuve suerte, es que me ayudaron, en que las cosas se me dieron) y los fracasos los atribuimos a factores internos (es que soy un mediocre, un perdedor, una mujer jamás se podría fijar en mí por mi narizota, es que me estoy quedando calvo, es que soy un asco, es que nunca debí haber nacido, etc)
De lo anterior se siguen lo que en psicología de la motivación y en teoría de la atribución se denomina “Creencias de control personal”, que se definen como el grado en que un individuo cree que provoca su propio destino o los resultados en su vida. Existen creencias intensas y fuertes, en las cuales creemos que podemos controlar hasta cierto punto, que tenemos un papel por desempeñar, que nuestra iniciativa determina los resultados, es el punto que defiendo en este blog y es que uno debe responsabilizarse de lo que hace y tomar la iniciativa y pensar que si se escoge la estrategia y las circunstancias son favorables uno puede conseguir resultados.
También existen las creencias débiles y frágiles, en las cuales las personas pierden la esperanza de su destino, y creen que por más que se esfuercen no conseguirán resultados, que no importa el empeño, incluso inteligencia, creen que el mundo es un lugar hostil, donde ellos sufren las consecuencias y todas las injusticias como en una especie de maldición o karma.
Lo mencionado conduce a dos estilos generales, que son por todos conocidos pero que explicaré de acuerdo a la teoría de la atribución:
1. Estilo optimista: Los fracasos y lo inexplicable es de causa externa e interna, hay circunstancias adversas pero también hay responsabilidad personal, los fracasos son una condición inestable, que pueden cambiarse por éxitos y que existen cosas bajo su control, que pueden cambiar el curso de su suerte por ellos mismos. Estas creencias son poderosas por cuanto protegen el auto concepto, permiten una buena autoestima y crean un sólido estado mental aún bajo condiciones adversas. Ese es el estado mental de los líderes, de los deportistas de alto rendimiento, de las personas exitosas. No viven al vaivén de éxitos y fracasos sino enfocados en resultados, si las cosas no se dan siguen adelante, implementando nuevas estrategias, aprendiendo y afinando.
2. Estilo pesimista: Los fracasos proceden por causa externa, donde todos y el mundo conspiran en mi contra, y por causa interna donde existe la creencia de inutilidad, de imperfección, de desastre, de “soy un fracaso, no sirvo ni para muerto porque me como las flores”. Así mismo el fracaso es una condición permanente y estable que no cambiará, a menos que muera y vuelva a reencarnar, o a menos que algo muy extraordinario suceda. El mundo es un lugar incontrolable donde lo único que resta es la resignación y la aceptación de que las cosas nunca se dieron y nunca se darán. Hay creencias de no estar en la época y país adecuado, tienden a pensar que todo tiempo pasado fue mejor, que la suerte es algo que no a todos se les da y que la mala suerte es algo muy común.
Este post ya va muy largo y mi intención es cuestionar tus creencias, revisar hasta qué punto estás desarrollando estados mentales sólidos, fuertes y de liderazgo y triunfo, hasta qué punto deseas seguir aunque a veces las cosas no resulten como lo esperas. A veces el camino está nublado, tiene piedras, o no sabes para dónde vas. Lo único que puedo decirte es que aunque experimentes confusión, frustración, incluso rabia ÉSTE ES EL CAMINO, pronto verás la luz y pronto los resultados se darán uno tras otro.
Que comience la cacería!
Hasta la próxima!
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